sábado, 14 de mayo de 2011

Maliki por Pía


En el último fin de semana de la exposición, los invitamos a leer la presentación escrita por la poeta Pía Barros para la muestra Maliki Underground, de Marcela Trujillo. Dos grandes mujeres y artistas en PLOP! Galería.

MARCELA TRUJILLO, MALIKI… ¡ATREVIDA!

Mirar y ver aunque lo parezca, no son sinónimos. Maliki nos muestra con acierto un mundo de vivencias donde estos verbos se conjugan desde variadas perspectivas. Es que la artista no deja de lado su perspicacia para instalarnos en sus mundos donde la pregunta nos acerca a respuestas irreverentes.

Publicar un cómic con la virgen María pariendo –en esa memorable “Noche Güena” de la revista Trauko-, no dejaba de ser un desafío y un riesgo, bajo una dictadura que tenía al Opus Dei detrás del trono, con sus legiones de macieles y karadimas sueltos moviéndose impunemente como San Pedro por su casa. Era el colmo de la irreverencia. ¿Y por qué no? ¿Por qué respetar lo que no merece nuestro respeto? Pero hay que atreverse. Y Maliki es una atrevida. (Somos malas y podemos ser peores, es mi consigna favorita).

Lo interesante, (en un país donde las mujeres al acercarse a la edad de tener imagen ante sus descendientes, rasgan vestiduras y reniegan o borran su vida) es que ese atrevimiento no se le ha pasado con los años. Sin embargo su evolución, la madurez artística y personal -su independencia, el parir y la crianza de las hijas- la ha ido registrando al transfigurarse en la personaje de su propia historieta con humor y desparpajo. Sus irreverencias ochenteras han ido más allá del pecado juvenil, construyendo contra viento y mareos una osadía artística y políticamente consistente. Es una marginal que está en el centro, que ocupa los espacios; una inmigrante de ida y vuelta a la gran manzana, la del comic underground hecho por hombres y mujeres. Hasta la irrupción de Marcela Trujillo no había mujeres que hicieran historieta satírica para adultos. Las pequeñas lulúes que osaban asomarse al club de los dibujantes lo hacían ilustrando cuentos infantiles o figurines de moda: una extensión de los roles asignados vinculados a la crianza y el mundo privado; pero asexuados, aparentemente ingenuos, sin la autoironía y el sarcasmo que se permite el cómic actual y específicamente Maliki con sus referencias autobiográficas descarnadas, independientes, jugando en cierto sentido con la rabia. La trasgresión pareciera estar en el ADN de su croquera, esa otra extensión de sus 4 ojos, su cuerpo y sus emociones.

Pía Barros, poeta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar en nuestro blog. Como política editorial te advertimos que aquellos comentarios u opiniones emitidas desde el anonimato no serán publicadas. Muchas gracias.